El día que iba a donar sangre y no me dejaron.

Bueeno... Está será mi primera anécdota aquí y la contaré como la recuerdo porque tengo memoria de Dory (la de Nemo) a veces y tiendo a olvidar algunas cosas, así que...
Ese día mi pareja iba a dejar hojas de vida en distintos lugares (y iba a ir con él) así que teníamos que ir hasta casi el norte (digo casi porque solo sé que era mas allá del centro) y pues, nosotros en nuestra travesía y las pocas ganas de gastar dinero en pasajes porque teníamos que hacer muchas paradas, nos fuimos a pie... El caso es que una de las primeras paradas que debíamos hacer era en el Exito de Tequendema y por ende pasábamos por la Cruz Roja y yo hace mucho quería donar sangre, y ese día resulta que tenia mi cédula y todo (lo otro es que ya habíamos caminado pero un resto y también queríamos descansar un rato) entonces entramos y preguntamos por donar sangre, nos hicieron unas preguntas y pues para todas no hubo problema alguno, todo bien, empezamos a llenar la forma y en eso no entendía una de las preguntas de la forma y voy y le pregunto a la persona que estaba en la recepción y todo normal, y que llega la chica y me mira preguntándome si voy a donar a lo que bien segura digo "Si, voy a donar" y me pregunta mi peso, a lo que respondo el peso que yo recordaba la ultima vez que fui a un control medico (no demasiado tiempo en ese entonces) y me hace ir y pesarme, y pues que me pesa y me dice "no, usted no va a donar" "usted no tiene sangre ni para usted, mucho menos para donar" y yo bien destrozada porque quería que se llevaran mi sangre y mis plaquetas, pero no, no podría, así que me tocó quedarme sentada mientras mi pareja terminaba de llenar la forma a lo que sale y me pregunta "Ya terminaste, more?" y que le cuento y dice "Pobrecita tú, siendo la que quería donar" (él iba a donar mas que nada por acompañarme) y pues nada, a él tampoco lo dejaron donar, así que nos fuimos de ahí tristes a seguir nuestro camino...

El resto de la historia fue que seguimos nuestro camino hacia el resto de lugares que nos tocaba ir (que por cierto eran como dos que quedaban apartados entre si) y de hecho, de uno ni sabíamos realmente donde quedaba, así que tuvimos que llegar a Roma preguntando a guardas, vendedores ambulantes y personas al azar que estaban por ahí, hasta que pudimos llegar (preguntando incluso al lugar porque ni aún así estábamos del todo seguros) y ya después de entregar todo, nos quedamos relajándonos un rato cerca del bulevar, escuchando música de mi celular y cantando a todo pulmón (estábamos en nuestro propio concierto), algunas personas se acercaron, y otras solo nos miraban, improvisamos un rato vagamente y fuimos a la estación para por fin volver a casa.

La moraleja de esto, es que si van a donar chequeen bien que cosas no pueden hacer o que su peso sea mayor o igual al indicado en el centro de salud en el cual van a donar.  

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