Cotidianidad - Parte 2

La verdad es que me gustaría pensar que las cosas realmente nunca son así, que puedo estar en un cuarto y que nada pasará, que todo es parte de mi imaginación fugaz... Pero no es así, nunca es así. Me siento solo, me siento atrapado, y lo odio.

Extraño el cuerpo de Kathy, lo extraño porque mentiría si dijera que había algo más ahí... Nunca hay nada más después del desliz, nunca hay nada después de ESO. Odio el deseo, pero más odio no amar, odio su cuerpo, y odio que sus ojos me ocultaron la verdad, pero lo que más odio, es no poder odiarla.

Por eso el mundo pasa tan rápido, porque todos andamos tan preocupados por el romance fallido, por la dieta vegetariana o por quien la rompe, consumidos por la moda que se supone que pasó, pero creemos que somos únicos por volvernos a ella junto con un montón de gente más. ¿Seré uno más? ¿Puedo quejarme o intentar arreglar el mundo? La gente cree en la pobreza del barrio peligroso, me encanta como la gente te recibe por el pan, y te habla de cómo mueve el dinero por la droga... ¿Debo indignarme porque soy recordado por venir de un lugar donde es ofensivo usar una camisa de Pablo Escobar? Estoy cansado.

Volví al centro, "Vaya yo a encontrar un mejor lugar", volví a sentarme en una de esas bancas, de nuevo, a ver rostros, escuchar conversaciones ajenas que comienzan con política y donde terminan por hablar del nuevo youtuber. Los diarios son iguales, casi todos en sus portadas muestran en grandes letras las variedades del mundo, la supuesta cultura general del nuevo cantante de Trap que se acostó con la modelo, ¿Me importa acaso a mí que dieta sigue? ¿Me importa acaso?... Muertos han pasado por aquí, pero creo que a los periódicos les interesa un poco más ese nuevo tono de labial.

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